Solo en Chile 1800 condenas a muerte por errores en el tránsito

 


Los accidentes del tránsito “ejecutan” aproximadamente 1800 personas/año ó 5 promedio al día y sin embargo en el país no se ha suscitado una polémica al respecto como si la hubo para la abolición de la pena de muerte por ciertos delitos la cual duró 11 años, desde que en marzo de 1990 el presidente Patricio Aylwin envió un proyecto abolicionista al congreso hasta  la aprobación de la abolición en el año 2001.

Propongo a que en el país se instale la discusión de como lo hacemos para disminuir drásticamente la cifra de muertes por accidentes del tránsito,como asimismo el número de víctimas que quedan con incapacidades físicas para el resto de sus días, pasando por las que sólo pierden algunos días semanas o meses para su completa recuperación.

¿Será acaso un problema que, a diferencia de la pena de muerte por la justicia ordinaria en este caso no será necesario que el ejecutivo envíe un proyecto de ley al congreso?  Y digo lo anterior porque no se me ocurre ninguna ley que pueda atacar el problema, pienso que el gobierno tiene todas las facultades necesarias para en un corto tiempo producir una drástica disminución de estos hechos tan dolorosos.

Ahora bien, si para el caso que estoy planteando a mi juicio no cabe ninguna ley (solo medidas administrativas) con la excepción quizás de una que otra modificación o aporte a la actual ley de tránsito, si merece una amplia participación ciudadana, ya sea en aporte de ideas o simplemente participando en la discusión de las que se presenten.  Pienso que a diferencia de los 11 años que se demoró la abolición de la pena de muerte judicial, en este caso se podrán implementar medidas de inmediato y ahí deberá estar muy atenta la opinión publica para parar de inmediato cualquiera de esas medidas efectistas a las que nos tienen acostumbrados nuestras autoridades.

Para terminar manifiesto que bajo emplazamientos como este es en donde se ven los verdaderos estadistas y yo quiero verlos y cuanto antes, porque no debemos tolerar más lo que no toleraríamos  ni siquiera si se trataran de  penas de muerte contra criminales feroces.